Desde Suiza al mediterráneo. El plan era sencillo: llenar una avión de suizos y traerlos a una boda de tres días a orillas del mediterráneo. Y de todas las orillas eligieron La Manga del Mar Menor (concretamente el Parador del Mar Menor) y sus infinitos y tórridos días de finales de junio.
Carole guarda en su piel mil noches de nuestros veranos y contagió a Taras su amor por la siesta y las cenas a las once de la noche. Y por esto boda no pudo ser menos suiza. Tanto que fuimos lo únicos que llevaron chaqueta! Libre y caótica, pero también un fiestón que funcionó como un reloj.
Los invitados empezaban el viernes en una cena de blanco en el mítico ZM frente a la Isla del Ciervo. Dicen que vieron amanecer, pero el sábado estaban todos puntuales en El Parador del Mar Menor para la ceremonia religiosa a orillas del Mar Menor. El cóctel en Vivero 55 (a unos 50 pasos por la arena) y la cena de nuevo en El Parador para acabar de nuevo (sí, otra vez) en el Vivero en una fiesta antológica. La culpa de que todo funcionara tan bien la tuvo Valisse, que se deja un pedazo del alma en cada evento.
Decoración y organización : Valisse
Flores: Oasis Floristas
Candy: Socolá
Catering: El Parador del Mar Menor
Maquillaje: Biopeluqueria y Estética Aroca Fernández