Jose y Ángela llegaron a nosotros por una serie de bonitas casualidades y desde el principio nos dejaron clara una cosa: ellos se entregan al 100%, pero necesitaban estar seguros de que nosotros también íbamos a darlo todo. Dos o tres videollamadas después ya estábamos haciendo planes de cuándo y cómo íbamos a vernos.
Ya que la boda iba ser en la ciudad de Ángela, Gandía, decidimos que podía ser buena idea conocernos con una sesión previa cerca de Madrid, la ciudad de Jose y donde ellos residen y trabajan. Dándole vueltas al lugar terminamos cogiendo la carretera de Navacerrada sin rumbo claro. La Granja de San Ildefonso fue nuestra parada para comer y resultó ser ideal para darnos un paseo, conocerlo y hacer una sesión inolvidable.
Los meses que restaban hasta la boda mantuvimos una comunicación directa con nuestras amigas de Valisse, que nos hicieron partícipes en cada detalle de la organización de la boda. La cosa pintaba genial con una pareja convencida de hacer algo especial y unos proveedores de primera.
Un día antes de la boda viajamos a Gandía para conocer la preciosa Finca de Casa Benigalip, el entorno de la iglesia y dónde Jose y Ángela iban a estar ese día. Con todo controlado nos fuimos a descansar al hotel de Ángela; íbamos a necesitar toda nuestra energía.
Desde primera hora el hotel se llenó de vida con todo el equipo y las amigas de Ángela que fueron a acompañarla. Muchas risas y algo de nervios después la novia estaba lista y espectacular: su vestido de Valenzuela Atelier era perfecto, ejecutivo, elegante y romántico al mismo tiempo. Cristina supo captar perfectamente la personalidad de Ángela. Los zapatos de Just Ene daban ese punto rompedor que ella tiene dos vinos después 😉
Era hora de salir que Jose la esperaba en el altar con un elegantísimo chaqué de Tom Black.
Esta era una boda de amigos, familia y mucho cariño. No había nadie que no fuese importante y se notó en cada momento. Y aunque la ceremonia fue profundamente emotiva, los novios y sus invitados supieron activar el chip de “modo fiesta” en cuanto salieron por la puerta. Aquello iba cuesta arriba y nosotros teníamos que dejar constancia.
Tanto la iglesia como la Finca estaban espectaculares. La combinación de las chicas de Valisse con las flores de La Trastienda resultó una dupla ganadora. Aprovecharon al máximo los espacios y plantearon soluciones que nunca se habían hecho en la finca. Ese entoldado increíble hizo que el cóctel transcurriera en un lugar completamente nuevo. ¡Y qué decir de la comida bajo ese manto verde arbolado! Fue increíble comer en junio con esa sensación de frescor.
No podemos describir con palabras todas las emociones que contiene esta boda. Creemos que las fotos lo describen bien y se aprecia que cuando unos novios lo dan todo reciben todo de sus invitados. Y así, bailes, risas y abrazos llegó una de las barras libres más fuertes que hemos visto. ¡Mirad cómo baila Ángela con la charanga que le prepararon sus amigas! Esa es la actitud de una boda diez.
Gracias chicos por todo. Ya sabéis que lugar ocupáis para nosotros. Deseando veros.
Fotografía & Video: Pepe Bernal Olivares
Vestido: Valenzuela
Tocado: Marucca
Decoración y Wedding Planner: Valisse
Flores: La Trastienda
Lugar: Casa Benigalip